¿Quiénes somos?

Elisenda

Soy Elisenda, una persona a la que le gusta estar cerca de las personas que ama, la belleza de las cosas sencillas y la calma.

En 2005 me gradué en fotografía porque desde siempre me apasiona observar los pequeños detalles y capturar momentos efímeros. Momentos únicos que forman parte de nuestra propia historia y camino. Y paralelamente, también me formé en el grado de humanidades atraída por entender y conocer al ser humano en todo su universo cultural e histórico.

Profesionalmente he trabajado durante muchos años en la gestión de las artes escénicas en espectáculos para niños, como fotógrafa y también en la gestión cultural y distribución de distintas compañías teatrales. Un sector precioso que me llena el corazón, lleno de compañías que trabajan cada día velando por que las artes sean un derecho indispensable en el crecimiento libre de los niños.

A finales del 2018 me quedé embarazada de mi primera hija. Un embarazo que se detuvo a las 16 semanas de gestación haciendo que todo mi mundo se detuviera con ella.

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Marta

Soy Marta, una persona a la que le gusta está con la familia, la naturaleza, la calma y la sencillez. Soy madre de dos niños y mantengo en mi corazón la vida que despedí durante mi segundo embarazo.

En cuanto a mi trayectoria profesional, desde joven siento una profunda vocación por el mundo de la educación, sobre todo al acompañar al niño y su familia en sus primeros años de vida. unos años de canguro, decidí estudiar para ser maestra de educación infantil. Este hecho se convirtió en una gran oportunidad para empezar a abrir puertas en el conocimiento y la búsqueda de quién es el niño, las pedagogías que han ido construyendo la escuela y nuestro acompañamiento como maestros. Desde entonces he tenido un interés constante de saber más sobre la pequeña infancia y no he dejado de asistir a cursos y jornadas pedagógicas, siempre enfocados en una educación consciente y respetuosa con el niño.

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Haber tenido la oportunidad de aprender y reflexionar de diferentes miradas y referentes pedagógicos, me ha llevado a una gran necesidad de reflexionar con profundidad sobre el acompañamiento del niño escuchando atentamente lo que necesita, entendiéndolo como un ser único, capaz e irrepetible. Acompañar desde una mirada amable y respetuosa, tomando conciencia de la importancia de las huellas que dejan en la persona nuestros gestos, miradas, palabras, pensamientos… Puesto que como nos recuerda Guillem Salvador “uno se construye a partir de la mirada de el otro”.

Este camino de investigación y formación, junto con la experiencia como maestra de guardería en diversas realidades, formar parte de la Asociación de maestros Rosa Sensat y ser formadora de maestros, me ha permitido crecer e ir definiendo mi camino profesional.

Paralelamente a estas vivencias, en 2018 fui madre por primera vez. Este hecho vital y trascendental, junto al largo camino transcurrido para llegar a serlo, supuso un antes y un después en mi vida y me ofreció la oportunidad de revisarme y crecer personalmente.

En 2020, empujada por el deseo de profundizar en el acompañamiento a las familias desde los primeros momentos de vida, decidí formarme como Doula y acompañando en la primera infancia y crianza, en Espai Mima’m. La formación supuso un viaje personal y profesional muy profundo.

A raíz de esta experiencia, decidí dejar la escuela y emprender un nuevo camino profesional, creando mi proyecto de acompañamiento (@marta_doula), el cual me permitió acercarme a mi vocación de estar junto a las personas durante el inicio de la vida. Desde entonces empecé a trabajar ofreciendo grupos de acompañamiento al postparto y la crianza, realizando talleres para familias en espacios familiares y acompañamientos individuales.

Para seguir aprendiendo y complementando los acompañamientos como doula, en 2021 obtuve la certificación como Educadora de Masaje Infantil del programa de la IAIM. Gracias a ella, puedo acercar a las familias la importancia del vínculo y tacto nutritivo con sus hijos e hijas. Ese mismo año, seguí profundizando y formándome en el acompañamiento de la doula, también en Espai Mima’m.

Más tarde, en enero de 2023, después de vivir una pérdida gestacional, procesos de FIV y un embarazo delicado, llegó a la vida mi segundo hijo. Esta vivencia me trajo nuevos aprendizajes y un replanteamiento del camino profesional que quería seguir haciendo.

En este sentido, sentía que quería seguir con mi proyecto de vida como doula y, junto con Elisenda, en octubre de 2023 abrimos en Manresa el Espacio de Acompañamiento a la Maternidad y la Crianza «Vida» ( @vidamaternidad).

Durante el curso 2023-24, para seguir ampliando conocimientos y acompañar las inquietudes que me compartían las madres, me formé como asesora de lactancia.

Actualmente escuchando también una vocación nacida a raíz de mis vivencias para llegar a ser madre, estoy formándome en los fundamentos de la salud mental perinatal, en el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal.

Con todo ese camino vital, si lo sientes, te ofrezco mi mano para acompañarte desde el más profundo respeto hacia tus vivencias y experiencias relacionadas con la maternidad y la crianza.

¿Cómo nos conocimos?

¿Cómo conocí a Elisenda?

Eran finales del 2020, un momento en el que el mundo empezaba a despertarse tras la pandemia. Los servicios de atención a las madres estaban prácticamente paralizados y, en este contexto, tuve la oportunidad de acompañar a mi primer grupo como doula en Espai Bebé de Manresa.

Eva me abrió las puertas de su local y, junto con Alba, dimos la oportunidad a las madres de salir de casa y encontrarse, algo que necesitaban mucho después de meses encerradas con sus hijos.

Siempre recordaré ese momento, porque el primer grupo deja una huella imborrable: cuatro mujeres valientes que, con un deseo inmenso de crear su tribu, decidieron romper los muros que Covid había construido.

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Elisenda fue una de ellas. Recuerdo cómo me dijo: “Vendré sólo a probarlo”. Pero estas palabras se desvanecieron en breve, porque no sólo se quedó en el grupo, sino que brilló con luz propia. Junto a su hijo, que tenía entonces 4 meses, semana tras semana aportaba reflexiones profundas y compartía experiencias que nos hacían crecer a todas. En ese espacio, empezó a conectar con su esencia y con todo lo que la maternidad le había aportado. Fue allá donde nació su deseo de querer ser doula.

El curso siguiente, Elisenda empezó a formarse como doula, y me ilusionaba mucho cuando me contaba todo lo que vivía seminario tras seminario. En ese momento, los grupos los hacía en el Espacio Artífice de Manresa. El grupo de Elisenda continuó, se unieron nuevas madres y los niños, como los vínculos entre las madres, iban creciendo. Para mí, era un honor presenciar ese proceso tan precioso.

En 2022 quedé embarazada de mi segundo hijo. Fue un embarazo complicado, y el reposo se convirtió en indispensable. Necesitaba a alguien de confianza para continuar con los grupos de acompañamiento que yo no podía hacer. Elisenda ya se había formado como doula y no dudé ni un momento en pedirle que fuera ella quien tomara el relevo. Su impecabilidad y la confianza que le tenía me permitieron dejarlo todo en sus manos.

Durante ese embarazo difícil, Elisenda fue más que una compañera. Le compartía dudas, inquietudes y momentos de vulnerabilidad, y después del nacimiento de mi hijo, nos acompañó también en la lactancia. Fue mi doula. Pero el círculo se cerró de forma mágica cuando asistí, como madre, al grupo de acompañamiento que ella lideraba. Sentir el espacio que había creado, con sus silencios respetuosos y sus justas palabras, me hizo sentir inmensamente orgullosa de ella y de la doula en que se había convertido.

Cuando se acercaba la fecha temida de mi regreso al trabajo remunerado después de la baja de maternidad, sabía que quería continuar con el proyecto de acompañamiento como doula, pero no sabía exactamente cómo hacerlo. Fue entonces cuando, con Elisenda, nos cogimos de la mano y decidimos unir fuerzas. Allí empezó a gestarse lo que hoy conocemos como Espai Vida.

Poco después, encontramos el local que ahora es nuestra casa. Su luz, magia y energía nos cautivaron, y así, sin saberlo ese primer día que nos conocimos, se hizo realidad un sueño: abrir las puertas del Espacio Vida para dar voz y fuerza a la figura de la doula.

¿Cómo conocí a Marta?

Principios del 2021. Aún tiempo de pandemia, de mascarilla, de restricciones… llevaba muy pocos meses en mi hijo en los brazos. Todo tan nuevo… tiempo de nido. pecho y calor en casa. Todo tan deseado, todo tanto embriagador como sofocante a ratos.

Un día, la encontré. Recuerdo que vi que ofrecía un grupo de acompañamiento por familias con bebés los lunes y justo ese día era el lunes. Fui.

Recuerdo entrar en el espacio y ver la delicadeza de cada elemento que había en la sala. La escenografía y la belleza de cómo había colocado cada material de juego, cada rincón del espacio. Recuerdo la calidez de su mirada, de su voz. De cómo nos sentimos. De cómo me sentí. Acogida, sostenida, mirada.

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Sin saberlo acababa de conocer a la persona que me daría la mano y me abriría la puerta hacia un nuevo camino tanto profesional como personal. Marta.

Desde ese día, los lunes pasaron ha sido mi día preferido de la semana. Max. De cómo crecían juntos y cómo nos sosteníamos nosotros que antes no nos conocíamos de nada y que ahora eran mi pilar. me preocupaba.

Marta un día me habló de la figura de Doula.

Hice una reunión informativa de la formación con Núria Alsina, directora del Espacio Mima’m, y me enamoré de todo lo que me compartía, de todo el camino que me contaba, al igual que me había enamorado de la Marta y de su esencia cuando la conocí. La impecabilidad con el trabajo, la mano y la mirada que te acompaña, que te sostiene, que no juzga. Su presencia. Que tiene muchas respuestas pero que te coge la mano para acompañarte para que tú misma puedas encontrar las tuyas.

Hice la formación y fue una transformación muy grande tanto a nivel personal como profesional. Una profunda transformación, muy bonita, muy reveladora.

En septiembre de 2022 Marta estaba embarazada de su segundo hijo, Martí y me pidió si me gustaría facilitar los dos grupos que ella llevaba en ese momento a Manresa. El grupo de posparto y de crianza.

Y así, en septiembre empecé a acompañar a familias. Familias a las que recuerdo con mucho amor y que cada sesión era un aprendizaje constante. Un aprendizaje de vida y un privilegio el ser testigo de su crecimiento y de sus hijos e hijas.

Una vez nació Martí, Marta me pidió para venir ella como madre al grupo de posparto y así, así tan bonita, se cerraba el círculo que nos había llevado dos años atrás a encontrarnos.

Era un proyecto tan bonito el que teníamos que una vez Marta se acabó su baja de maternidad empezamos a gestar juntas a lo que hacía tiempo que dábamos vueltas. Abrir juntas un espacio dedicado a la maternidad ya la crianza. Un espacio con nuestra esencia y nuestro sentir. Un espacio muy nuestro, un espacio desde la mirada de la doula.

Y aquí empezó a andar el Espacio Vida. Un espacio creado desde el corazón y desde el amor.
Un espacio que acoge y cuida a las madres y las familias.

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